Haunted houses es un capítulo en el que se demuestra alguna de las lacras que tiene la estructura de las tres líneas temporales, ya que la mayoría de las revelaciones que acontecen son previsibles y ya se daban por supuesto con la información que teníamos de anteriores capítulos. Conceptualmente se trata de un episodio de transición que cierra el segundo acto de True Detective e introduce el tercero y último, situado exclusivamente en 2012.
Personajes secundarios planos
Uno de las grandes comentarios negativos que está está haciendo la crítica internacional sobre True Detective es que la mayoría de secundarios son bidimensionales y planos. Personajes como Maggie (Michelle Monaghan) o los dos detectives de 2012 son simples marionetas de guión para avanzar la trama o perfilar la caracterización de Rust (Matthew McConaughey) y Marty (Woody Harrelson).
De todas formas, se debería tener en cuenta que es una miniserie de 8 capítulos, por lo que lo verdaderamente importante es potenciar la riqueza narrativa, aunque sea en pos del desarrollo de algunos personajes. True Detective no dispone del tiempo necesario para establecer un fresco amplio de personajes ricos y complejos, por lo que estas críticas me parecen infundadas y poco coherentes.
Infidelidad
Ya comenté en anteriores reviews que un posible amorío entre Rust y Maggie sería el detonante que haría explotar la relación entre la pareja de detectives. Mucha gente critica que la reacción de Cohle es poco coherente con el personaje, cuando la realidad desde el principio nos han ido mostrando una creciente conexión entre Cohle y Maggie.
Evidentemente no era algo que nos daban mascado y de forma evidente, sino que se dejaba entrever a través de las miradas que se lanzaban, las conversaciones que mantenían o los favores que se hacían. Cuando Maggie trata de seducir a Cohle se puede ver en su cara toda la lluvia de emociones que corren en ese momento por su piel, destapando momentáneamente la fachada tras la que esconde todos sus miedos.
Investigación trunca
Paralelamente, Rust sigue la investigación de The Yellow King por su cuenta y empieza a tener sospechas del sacerdote que frenó la investigación en 1995. Por el otro lado, su interrogatorio a una de las chicas torturadas nos deja una de las escenas más escalofriantes que recuerdo haber visto en televisión. Uno de los puntos fuertes de la serie es que el verdadero terror reside en las palabras y recuerdos, no hace falta contemplarlo para que lo percibamos en su total esencia.
Las preguntas impertinentes de Cohle le provocan problemas burocráticos y acaba por dimitir, harto de las presiones desde el departamento de policía por cerrar su investigación.
Recta final
Los 5 capítulos anteriores han ido construyéndose hacia la climática pelea final entre Rust y Marty. La tensión entre ambos iba en escalada y la mentira de 1995 marcó un punto de no retorno en la relación. Con esta pelea, perfectamente coreografiada, se rompe el vínculo entre dos personas repletas de demonios interiores y con unas diferencias insalvables.
A partir de ahora la narración se sitúa en 2012, al reencontrarse Marty y Cohle al final del episodio. Sigo creyendo la teoría que dije en mi anterior review, de que Cohle mantiene una investigación paralela al margen de la ley, ya que algunos grupos religiosos implicados en el caso tienen el poder para cerrar la investigación, tal y como hicieron en 1995.
Ahora solo queda rezar para que en las dos horas restantes que quedan para finalizar la historia se cierren todos los flecos de manera satisfactoria. El desenlace marcará si esta serie entra en el Olimpo de la HBO junto a The Wire, The Soprano y Six Feet Under o se queda en un mero producto con un gran potencial.
Personajes secundarios planos
Uno de las grandes comentarios negativos que está está haciendo la crítica internacional sobre True Detective es que la mayoría de secundarios son bidimensionales y planos. Personajes como Maggie (Michelle Monaghan) o los dos detectives de 2012 son simples marionetas de guión para avanzar la trama o perfilar la caracterización de Rust (Matthew McConaughey) y Marty (Woody Harrelson).
De todas formas, se debería tener en cuenta que es una miniserie de 8 capítulos, por lo que lo verdaderamente importante es potenciar la riqueza narrativa, aunque sea en pos del desarrollo de algunos personajes. True Detective no dispone del tiempo necesario para establecer un fresco amplio de personajes ricos y complejos, por lo que estas críticas me parecen infundadas y poco coherentes.
Infidelidad
Ya comenté en anteriores reviews que un posible amorío entre Rust y Maggie sería el detonante que haría explotar la relación entre la pareja de detectives. Mucha gente critica que la reacción de Cohle es poco coherente con el personaje, cuando la realidad desde el principio nos han ido mostrando una creciente conexión entre Cohle y Maggie.
Evidentemente no era algo que nos daban mascado y de forma evidente, sino que se dejaba entrever a través de las miradas que se lanzaban, las conversaciones que mantenían o los favores que se hacían. Cuando Maggie trata de seducir a Cohle se puede ver en su cara toda la lluvia de emociones que corren en ese momento por su piel, destapando momentáneamente la fachada tras la que esconde todos sus miedos.
Investigación trunca
Paralelamente, Rust sigue la investigación de The Yellow King por su cuenta y empieza a tener sospechas del sacerdote que frenó la investigación en 1995. Por el otro lado, su interrogatorio a una de las chicas torturadas nos deja una de las escenas más escalofriantes que recuerdo haber visto en televisión. Uno de los puntos fuertes de la serie es que el verdadero terror reside en las palabras y recuerdos, no hace falta contemplarlo para que lo percibamos en su total esencia.
Las preguntas impertinentes de Cohle le provocan problemas burocráticos y acaba por dimitir, harto de las presiones desde el departamento de policía por cerrar su investigación.
Recta final
Los 5 capítulos anteriores han ido construyéndose hacia la climática pelea final entre Rust y Marty. La tensión entre ambos iba en escalada y la mentira de 1995 marcó un punto de no retorno en la relación. Con esta pelea, perfectamente coreografiada, se rompe el vínculo entre dos personas repletas de demonios interiores y con unas diferencias insalvables.
A partir de ahora la narración se sitúa en 2012, al reencontrarse Marty y Cohle al final del episodio. Sigo creyendo la teoría que dije en mi anterior review, de que Cohle mantiene una investigación paralela al margen de la ley, ya que algunos grupos religiosos implicados en el caso tienen el poder para cerrar la investigación, tal y como hicieron en 1995.
Ahora solo queda rezar para que en las dos horas restantes que quedan para finalizar la historia se cierren todos los flecos de manera satisfactoria. El desenlace marcará si esta serie entra en el Olimpo de la HBO junto a The Wire, The Soprano y Six Feet Under o se queda en un mero producto con un gran potencial.
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