La joven Emma Watson ha confesado que se vio obligada a beber agua estancada durante el exigente rodaje de 'Noah' que tuvo lugar el pasado verano en Nueva York, ya que el director Darren Aronofsky prohibió a todo el equipo de la película el consumo de agua embotellada a pesar del sofocante calor que asolaba el centro de la ciudad.
Para actuar en consecuencia con el mensaje ecológico que transmite la película, la actriz británica cumplió a rajatabla con las indicaciones del cineasta, pero acabó enfermando por tratar de hidratarse de la forma menos recomendable.
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