Japonesa de 83 años estudia en la preparatoria y juega béisbol.
"Puedes empezar algo nuevo a cualquier edad", dice.
Chie Kaminakabeppu.
Chie Kaminakabeppu tiene 83 años y ya es bisabuela, pero no está retirada, alejada del mundo, sino estudiando en una preparatoria y jugando béisbol.
Kaminakabeppu, cuya historia narra Mainichi Shimbun, tenía 15 años cuando culminó la Segunda Guerra Mundial. Se casó a los 24 y tuvo dos hijos. A los 74 enviudó. Golpeada por la ausencia de su esposo, decidió darle un nuevo rumbo a su vida para levantar su alicaído espíritu.
Así las cosas, recordó su viejo anhelo de aprender inglés y a los 76 años se matriculó en una escuela de secundaria nocturna. Tras finalizar sus estudios, saltó a la preparatoria.
Animada por un profesor, la mujer, que reside en la prefectura de Kanagawa, se unió al equipo de béisbol de la escuela. No solo era bueno para ella sino también para los chicos, pues su ejemplo de constancia y superación podía inspirarlos.
Kaminakabeppu llegó a participar en un torneo de preparatorias que se llevó a cabo en mayo, y aunque su equipo perdió se dio el gusto de jugar.
Su graduación, programada para la próxima primavera, es para ella un punto seguido, no un punto final. La vida continúa. Quiere tomar cursos de natación y pintura. "Puedes empezar algo nuevo a cualquier edad", sentencia.
Kaminakabeppu, cuya historia narra Mainichi Shimbun, tenía 15 años cuando culminó la Segunda Guerra Mundial. Se casó a los 24 y tuvo dos hijos. A los 74 enviudó. Golpeada por la ausencia de su esposo, decidió darle un nuevo rumbo a su vida para levantar su alicaído espíritu.
Así las cosas, recordó su viejo anhelo de aprender inglés y a los 76 años se matriculó en una escuela de secundaria nocturna. Tras finalizar sus estudios, saltó a la preparatoria.
Animada por un profesor, la mujer, que reside en la prefectura de Kanagawa, se unió al equipo de béisbol de la escuela. No solo era bueno para ella sino también para los chicos, pues su ejemplo de constancia y superación podía inspirarlos.
Kaminakabeppu llegó a participar en un torneo de preparatorias que se llevó a cabo en mayo, y aunque su equipo perdió se dio el gusto de jugar.
Su graduación, programada para la próxima primavera, es para ella un punto seguido, no un punto final. La vida continúa. Quiere tomar cursos de natación y pintura. "Puedes empezar algo nuevo a cualquier edad", sentencia.
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