Las esferas llenan la cavidad de la herida de bala, se hinchan al absorber la sangre, y comprimen los vasos sanguíneos
Las lesiones que crean orificios en los tejidos, como las causadas por balas, se caracterizan por grandes pérdidas de sangre y el tiempo de atención médica es decisivo para evitar la muerte. El dispositivo xStat detiene este sangrado abundante, y su comercialización acaba de ser aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), solo para uso militar.
En un conflicto bélico o secuestro de rehenes, los proyectiles de bala pueden provocar una pérdida masiva e incontrolable de sangre. Si bien varias lesiones como los cortes causan hemorragias, las heridas que perforan los tejidos y causan orificios difícilmente se puede controlar con los métodos tradicionales como apósitos a presión a torniquetes.
CAUSA DE MUERTE
El shock hemorrágico sigue siendo la primera causa de muerte de los soldados en combate, una situación prevenible que John Steinbaugh, un ex médico de la armada estadounidense, conoce muy bien y por ello se propuso revertir. Se alió con la compañía RevMedx para crear xStat, una jeringa que inyecta pequeñas esponjas circulares autoexpandibles y que detiene la hemorragia en apenas 15 segundos.
CÁPSULAS DE PRESIÓN
Las esponjitas contienen quitosano, un polímero natural hecho con extracto del caparazón de los camarones y es conocido por sus propiedades coagulantes y regeneradoras de tejidos. En la superficie están marcadas con una sustancia que permite su visualización en rayos X para evitar que alguna esponja permanezca dentro del cuerpo del herido. Cada inyección xStat puede suministrar 92 esponjas.
Cada una tiene casi 1 centímetro de diámetro y apenas 3 milímetros de espesor, pero sus capacidades absorbentes permiten que al contacto con la sangre se expandan 16 veces esa medida.
"Este avance servirá de ayuda para la fase prehospitalaria, que son los minutos importantes que suceden desde la aplicación de primeros auxilios y el transporte hasta la llegada al hospital. A esto le llamamos la hora de oro de emergencia, crucial para lograr la sobrevivencia del paciente", explica a El Comercio el doctor Abel García, jefe de la Unidad de Emergencia y UCI de la Clínica San Gabriel. Antes de la aprobación de su uso por la FDA, la compañía había estimado un precio de 100 dólares por unidad.
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