Gimnasia le ganó 2-0 a Olimpo y quedó octavo en el torneo pero a tres puntos de los líderes. En un partido muy parejo, la diferencia la hizo Alvaro Fernández tras un gran desborde de Mussis. En el final, Maximiliano Meza le puso el moño al triunfo.
El torneo argentino es, por lo menos, extraño. Para ejemplos, mirar lo de Gimnasia de este martes por la noche: llegó a Bahía Blanca en la mitad de la tabla y se fue en el octavo lugar, pero a tres de los líderes. En esa aglomeración, los de Troglio sueñan por este 2-0 a Olimpo, con gol de Alvaro Fernández y otro de Maximiliano Meza.
Luego de la suspensión por la lluvia del lunes, el partido en el Carminatti se dio como se esperaba: trabado, áspero y, por cierto, transpirado. Al primer tiempo le faltó un dueño. Gimnasia tenía la intención de cuidar la pelota, de triangular, aunque todo eso lo hacía sin aceleración ni sorpresa. Olimpo era lo que podía Gil.
Fue justamente Gil el que inventó un gran pase para Miralles. El delantero de Olimpo quedó mano a mano, pero Monetti le ahogó el grito. Fue la única llegada clara del primer tiempo. Muy poco.
Pero la segunda parte arrancó con una gran corrida de Mussis -¡cómo lo van a extrañar en el Bosque!-. Mussis, con su ímpetu, desbordó como un wing y sacó un gran centro hacia atrás. Furios quedó a contrapierna y se dejó anticipar por Alvaro Fernández, quien cabeceó el 1-0. Perazzo movió el banco pero no tuvo respuestas. Troglio les pidió a sus jugadores que cerraran el partido. Y de contraataque, en el final, Meza le puso el moño de contraataque. El Lobo está...
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