27/1/14

El Holocausto, la intolerancia sigue viva

El Holocausto, la intolerancia sigue viva

El Holocausto, la intolerancia sigue viva

Ban Ki-Moon Secretario General de las Naciones Unidas

El 27 de enero, aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz, recordaremos el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto.

En esta ocasión son muchas las circunstancias que nos recuerdan lo peligroso que es el olvido. Este año se cumplen 20 años del genocidio de Ruanda. En la actualidad, los conflictos de la República Árabe Siria, Sudán del Sur y la República Centroafricana han adquirido una peligrosa dimensión comunitaria.

La intolerancia sigue viva en nuestras sociedades y en nuestra política. El mundo puede y debe poner más empeño en eliminar el veneno que dio lugar a los campos de exterminio.

En noviembre del año pasado visité Auschwitz-Birkenau. Aquel día soplaba un viento frío, el terreno era pedregoso, pero llevaba puesto un abrigo y calzado resistente.

Entonces pensé en quienes no habían tenido ninguna de esas dos cosas: los judíos y los demás prisioneros que vivieron en el campo de concentración.

Pensé en aquellos cautivos, desnudos durante horas a la intemperie a temperaturas bajo cero, separados de sus familias y con la cabeza afeitada preparados por sus asesinos para las cámaras de gas.

Pensé en aquellos a quienes se mantenía vivos para hacerles trabajar hasta morir. Por encima de todo, reflexioné sobre lo insondable que resulta aún hoy el Holocausto: su profunda crueldad, su inmensa magnitud, la cosmovisión tan distorsionada y extremista de los nazis, la naturaleza organizada y calculada de las matanzas.

Los barracones de Birkenau parecían extenderse hacia el horizonte en todas direcciones como una inmensa fábrica de muerte.

El Libro de los Nombres, en el que se identifica a millones de víctimas judías, ocupaba una habitación entera, y aun así solo contiene una fracción del total de víctimas, entre las que también hubo polacos, romaníes, sintis, prisioneros de guerra soviéticos, disidentes, homosexuales y personas con discapacidad, entre otros.

Lloro por los que perdieron la vida en los campos de concentración y me conmuevo ante los que sobrevivieron con esos terribles recuerdos y aun así han demostrado la fortaleza del espíritu humano.

La lucha contra el odio es una de las misiones fundamentales de las Naciones Unidas. Nuestros mecanismos de derechos humanos trabajan para proteger a la gente. Nuestros tribunales especiales se esfuerzan por combatir la impunidad, administrar justicia e impedir las violaciones.

El asesor especial sobre la Prevención del Genocidio y el asesor especial sobre la Responsabilidad de Proteger buscan por todo el mundo elementos precursores de crímenes atroces. La iniciativa de la Alianza de Civilizaciones tiene por objeto contrarrestar las manifestaciones de odio, desde el antisemitismo y la islamofobia hasta el ultranacionalismo y los prejuicios contra las minorías.

Nuestra nueva iniciativa Rights Up Front tiene por objeto fortalecer la pronta adopción de medidas para prevenir los abusos graves de los derechos humanos.

Durante cerca de un decenio, el Programa de Divulgación sobre el Holocausto y las Naciones Unidas han venido trabajando con profesores y estudiantes de todos los continentes para promover la tolerancia y los valores universales.

El material más reciente del programa, producido en colaboración con el Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos, ayudará a introducir estudios sobre el Holocausto en las aulas de muchos países, entre ellos Brasil, Nigeria, la Federación de Rusia y Japón.

En la ceremonia de conmemoración de este año en la Sede de las Naciones Unidas, el orador principal será Steven Spielberg, fundador del Instituto de Historia y Formación Visuales de la Fundación Shoah de la Universidad del Sur de California, entidad que ha marcado un hito histórico en la preservación de testimonios de los supervivientes.

A unos pasos de distancia del crematorio de Auschwitz, me detuve un momento para reflexionar. Toqué una valla de alambre de espino, ya sin electrificar, pero todavía punzante e intimidatoria. Me sentí abrumado por la enormidad de lo que había sucedido allí, y al mismo tiempo emocionado por la valentía y el sacrificio de los soldados y los dirigentes de muchas naciones que derrotaron la amenaza nazi.

Nazis

Tengo la esperanza de que nuestra generación, y también las siguientes, invoquen ese mismo espíritu del objetivo común para que esos horrores no vuelvan a suceder jamás, en ninguna parte y a ningún pueblo, y para construir un mundo en el que haya igualdad para todos.


link: https://www.youtube.com/watch?v=pvRhq6UDY8I

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