22/3/14

"Análisis del Homicidio y sus Formas en Ecuador: Pt. I

Nota: Continuo con la presentación prometida sobre el Homicidio en Ecuador y sus Formas, ojala les sirva de algo.

PRIMERA PARTE


1. DIAGNÓSTICO.
1.1. Antecedentes del Estudio

"La violencia simbólica es esa violencia que arranca sumisiones que ni siquiera se perciben como tales apoyándose en unas «expectativas colectivas», en unas creencias socialmente inculcadas."
B.P.



Durante décadas se ha venido estudiando el fenómeno de la violencia en sociedad; muchas son las teorías y las explicaciones que al respecto se han dado, sin embargo de lo cual, no se ha logrado determinar axiomáticas generales, que satisfagan los requerimientos de los diversos especialistas en este tema... Ahora bien, ello tampoco significa que una fenomenología social pueda ser explicada desde todos los campos del saber humano al unísono, pero existen o se dan aproximaciones reales a este fenómeno desde el contexto deductivo.
A partir de lo señalado, un acercamiento a las explicaciones sobre el homicidio y el asesinato en Ecuador, debe contener necesariamente balances estadísticos, comparaciones con estudios de otras naciones de la región, diagnósticos sobre delito y violencia, recuperación y análisis de información oficial, estudios de representaciones sociales del delito y la violencia… Si bien el debate puede ser intenso y sumamente complejo; hay que empezar a abordar el tema sin temores o resquicios, eso sí, sin llegar a conclusiones antojadizas o basadas en intuiciones o meras especulaciones por parte de los investigadores, respetando siempre los puntos divergentes de los especialistas en el tema, así como también de los trabajos efectuados al respecto.
Claro está que dicha visión de lo multidisciplinar contiene muchas reticencias, porque como lo menciona Gaitan [2010] "[…] Si el conflicto o el desequilibrio se definían como estados no deseables que debían ser eliminados, el universo, que está en constante desequilibrio, ebullición, contradicción, desajuste y, dentro de él, la sociedad humana, debían ser trastocados. En otras palabras, todo lo que existe, el pasado y el porvenir, simplemente no serían deseables y ¡deberían ser eliminados!" Esta crítica tiene clara alusión a los estudios efectuados por antropólogos, sociólogos, politólogos, juristas, historiadores… Cuya atribución es efectuada en razón de la negación hacia la visión multidisciplinaria y de que se sostiene la tesis de la no existencia de "violencia", sino de violencias… Obviamente dicha paráfrasis posee una dirección hacia lo cuantitativo en vista de que la otra visión impedirá generar una estructura sumatoria de causas y, por ende, es imposible, su cuantificación. Claro está también, que una visión economicista de las causas tampoco permitirá dimensionar claramente el fenómeno de la violencia.
En virtud de las divergencias existentes; lo más sensato es hacer un catastro de ponencias existentes para rescatar los parámetros imprescindibles de esta fenomenología, mediante la jerarquización de causas, de este modo se pretende solventar errores conceptuales y de estructura que podrían presentarse. Todas estas caras confundirán el desarrollo de la temática siempre y cuando, no se entienda que representan lo mismo…
Sin más preámbulos y remitiéndose a la historiografía es dable afirmar que los estudios sobre el homicidio en Ecuador, no tienen más allá de un decenio, además tales estudios han sido efectuados generalmente por los organismos de control y represión tales como: Policía Nacional, Fuerzas Armadas, Justicia, Observatorio de Seguridad de Quito y, si se desea verles de esta manera; también están los Mass Media…
Tales estudios siempre tuvieron un carácter eminentemente estadístico, cuyo patrón no interpretaba, analizaba y discernía esta manifestación propiamente delictiva, sino que la retrataba de rostro con cifras y gráficas, que en muchos de los casos nadie entendía. Sin embargo de ello y, a raíz de la irrupción de la academia aproximadamente desde el año 2006 [primordialmente la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales —FLACSO—] en el análisis y estudio de este y otros tipos de conductas criminales, toma un giro sustancial, ya que se empieza a dimensionar el análisis desde el enfoque cualitativo, lo que permite ampliar y distinguir una realidad del mundo cotidiano.
Es así que el cosmos de lo criminal se interpreta o se establece a partir de una realidad que los miembros sociales [sociedad integral: ciudadanía e instituciones públicas y privadas] dan por establecida en el comportamiento subjetivamente significativo de sus vidas. Por tanto esta praxis se origina en los pensamientos mediados y sus acciones, que por ende, están sustentados como reales por estos [los delincuentes].
Siguiendo estas líneas trazadas por los estudios de orden social, se distingue que el homicidio y el asesinato poseen varias aristas, tanto en su etiología como en su taxonomía, por ejemplo: se puede hablar de homicidios: dolosos, involuntarios, preterintencional, simple y calificado. De esta primera clasificación cada legislación hace distinciones y, las aplica según así lo determine su constitución y su tipificación en el código penal respectivo.
En lo referente al asesinato, hay que mencionar que aún sigue generando polémica debido a que este acto según varios juristas o expertos en derecho [sobre todo], aseguran que es una figura autónoma del homicidio alegando el "nomen iuris" …
En tal virtud, se puede sostener que no todos los crímenes son iguales, ni tampoco el tipo de asesino, criminal o persona que los comete. Al interior de los estudios en criminología, se hace evidente la necesidad de diferenciar el perfil criminal de cada sujeto, con el fin de tratar de comprender las motivaciones, establecer patrones de conducta e incluso tratar de adelantarse al individuo que desea perpetrar este hecho tan lamentable para la sociedad en su conjunto.
Para matizar aún más estos breves preámbulos, se puede mencionar algunos tipos de asesinos: asesinos en serie [psicópatas]; sicarios [asesinos a "sueldo"]; asesinos en masa; asesinos itinerantes, etc. Si bien se ha expuesto unos pocos ejemplos, la lista es grande, según las motivaciones, que pueden variar desde lo ideológico hasta lo económico. Es decir, los problemas y factores asociados a los asesinatos son de índole diversa, como la desarticulación de modelos tradicionales de familia no reemplazados por patrones claros de rearticulación, interactuación, socialización, problemas de violencia intrafamiliar, convivencia e interpersonal que inciden directamente en las representaciones y simbolismos que los jóvenes utilizan para la resolución de sus propios conflictos, problemas psicopatológicos, desestabilidad emocional y la fragmentación de las organizaciones tradicionales de los sectores populares generan una retracción sobre la esfera de lo íntimo. En consecuencia, hay un aumento de la atomización social, un crecimiento de la desconfianza interpersonal y un marcado deterioro en los vínculos sociales que redefinen —disminuyéndola al mínimo— la noción misma de .
Ello permite hacerse cuestionamientos e interrogantes de diversa índole de este tipo de fenómeno social . De los cuales se puede decir, que en buena medida, las explicaciones podría ampliarse, afirmando que lo que sucede en la actualidad es el producto del deterioro de la convivencia social, de la militarización de la conciencia pública, de la educación de generaciones en la agresión como forma de resolver diferencias, de la ineficacia institucional, de políticas públicas pobres en su rendimiento y aplicación; aspectos que han sobrevivido a los diversos cambios generacionales, políticos, administrativos… para mostrar sus efectos en una cultura de violencia mediática, simbólica, sexual, económica, etc. Pero no sólo eso, la particular manera de finalizar las discrepancias a comprometido a los incipientes aparatos de justicia y seguridad, de por sí históricamente incompetentes, y debilitó el potencial de la sociedad para mantener el orden de justicia y legalidad necesarios para reformar estamentos insensibles y poco funcionales a los servicios y requerimientos de la sociedad.
Por tanto, la tarea de seguridad ciudadana es asumida por una institucionalidad principiante, que todo lo cree saber y todo lo puede resolver, que en un inicio no disponía de todos los recursos técnicos y políticos para desarrollar eficientemente su labor. Por ejemplo, el aparato de justicia inició la era de paz ciudadana sin haber corregido y depurado completamente la corrupción y la ineficiencia formadas en los años del neoliberalismo.

"Análisis del Homicidio y sus Formas en Ecuador: Pt. I

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