Es sabido que muchas jubilaciones no hacen justicia a sus correspondientes años de aportes, si es que uno los tiene, pues hay quienes pasan gran parte de su vida con trabajos en negro o irregulares. Ese es el caso de este abuelo misionero, quien vencido por la bronca y la impotencia, optó por una particular forma de protesta: le giró su último sueldo al gobernador.
Cansado de deambular por las oficinas del Instituto de Previsión Social (IPS) de Oberá golpeando puertas para recibir un ajuste de sus magros haberes, cobra $1410, Telmo Bazán, de 76 años, le giró su última mensualidad al mandatario provincial, Maurice Closs, para que pudiera ver cuánto cobra a quien también le hizo llegar una carta en la que lo ponía al tanto de su "precaria salud".
Luego de varios años en la misma lucha, recorriendo de memoria el IPS y otras dependencias municipales administrativas con la idea de actualizar su cobro, teniendo en cuenta los 50 años de aportes ininterrumpidos cuando era funcionario activo y percibía $7.031; Bazán se cansó. Como era uno más de los miles de empleados oficiales que cobraban "en negro", la jubilación se redujo a casi $1500.
Harto de su problema, Telmo no cortó una calle, ni se encadenó a un poste, tampoco hizo un escrache o molestó a terceros, optó por una queja con "altura". En el Correo local adquirió un giro postal para entregarlo en la mesa de entradas de la Casa de Gobierno.
Además, le envió una misiva a Closs, en la que escribió: "Después de sucesivos reclamos sin éxito, decido poner al tanto a usted de mi desesperante situación. He aportado 50 años, tengo 76 y una salud precaria".
"Sin ánimo de ofensa alguna, pero sí de llevar a su conocimiento de cómo se le paga a un trabajador honesto que no hizo 'reservas' para su vejez, le pido acepte este obsequio y que Navidad y Año Nuevo lo pase Feliz y en Paz", concluyó el jubilado. ¿Le devolverán el dinero, recibirá un milagro de Navidad?
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